Durante la última década, los desarrollos mecánicos de la alta relojería se han focalizado en dos elementos trascendentales: la fuerza constante y la alta frecuencia. Dos retos que las marcas pertenecientes a este restringido universo han ido abordando desde distintas ópticas para llegar a un mismo puerto: lograr aunar ambos.

En el caso de Ulysse Nardin (Le Locle, 1846), históricamente conocida por sus cronómetros marinos y actualmente por sus singularmente complicados (y ecológicos) relojes, el proceso hacia la mecánica futurista se inició hace 21 años.Esta manufactura hoy totalmente independiente, como en sus orígenes, fue la precursora de la introducción del silicio en la relojería, un honor que sigue ostentando gracias a su participación en la empresa Sigatec, de la que Ulysse Nardin es copropietario, especializada en la producción de microcomponentes hechos con este material. 

FREAK S
Arriba, imagen del Freak S, convertido en la prolongación técnica del Freak Vision de 2018 con cuatro innovaciones relevantes: un doble oscilador inclinado que emplea la tecnología DiamonSIL; un diferencial vertical; un sistema de cuerda automática “Grinder”; y una nueva caja inspirada en el primer Freak de 2001, con una construcción que permite combinar diferentes materiales como cerámica, titanio y oro. Bajo estas líneas, una oblea de silicio.

El silicio es tres veces más ligero que el acero, no necesita lubricante, es antimagnético, insensible a los cambios de temperatura y muy resistente. Es el elemento ideal para fabricar los principales componentes de los relojes mecánicos, cuya compleja arquitectura no podría conseguirse con los materiales tradicionalmente empleados. 

Y esto se demuestra en el hecho de que Ulysse Nardin es uno de los pocas casas relojeras que ofrece un auténtico escape de fuerza constante: el escape Ulysse Anchor, cuya potencia se nivela en el corazón del escape en lugar de hacerlo con una cadena cinética. Este escape se basa en una pieza circular, unida al movimiento y que lleva el áncora de silicio. Su forma es extremadamente fina y compleja, aprovechando al máximo la capacidad del silicio para ser maleable y estable.La rueda de anclaje tiene dientes esqueletados completamente inéditos. 

FREAK AVENTURINe
Está equipado con un órgano regulador (volante, áncora y rueda de escape) de silicio. Aunque en este modelo se ha enfatizado la elegancia del diseño, este reloj de 43 mm realizado en titanio PVD azul y oro rosa 5N t está a la altura del pedigrí de sus predecesores Freak al combinar los calibres UN-118 y UN-250 (Freak Vision). 

El escape Ulysse Anchor nunca hubiera visto la luz sin el esfuerzo conjunto de la marca y su proveedor, Sigatec. Y dicho sea de paso, este escape se utilizó por primera vez en un tourbillon, demostrando una vez más la capacidad única de la manufactura para integrar sus tecnologías.

CON ÉL LLEGÓ LA REVOLUCIÓN

A partir de la tecnología del silicio, nació el Freak en 2001, el revolucionario reloj que indica la hora mediante el giro de su propio movimiento y no de las agujas. Dieciocho años después, y tras haber coronado otras cumbres no menos importantes –el escape Ulysse Anchor en 2014 y el Grinder en 2017, equipado ya con láminas de silicio del nuevo oscilador–, Ulysse Nardin inaugura una nueva era que supone un cambio de paradigma en la relojería mecánica.

Escape de fuerza constante
Su diseño rompe con el enfoque tradicional de la relojería, una corriente transgresora en la que Ulysse Nardin se siente a sus anchas. Este escape se basa en una pieza circular, unida al movimiento y que lleva el áncora de silicio. 

Desde aquel primer Freak de 2001, la marca ha creado otros 15 ejemplares de esta colección. Cada vez más complejos, dado que han ido adoptando las últimas innovaciones en el campo del silicio, incluido un nuevo oscilador. 

Los últimos dos relojes de esta larga y concentrada saga son el Freak S, la prolongación técnica evidente del Freak Vision de 2018, y el Freak X Aventurine que, basado en el Freak X de 2019 con un carrusel muy elegante que tenía la ventaja de conservar el espíritu de exploración del primer Freak, se engalana del estelar azul de la aventurina.

Una oblea de silicio.

OTRO GRAN HITO: FREAK NEXT

Tras diez años de investigación, en 2019 la marca presentó un nuevo oscilador volante, Freak NeXt, que juega con los límites de la física a través de sus materiales que se conjugan en un innovador diseño 3D. Este dispositivo de regulación oscilante se basa en el principio de los mecanismos flexibles que emplean la elasticidad de las láminas de silicio y carece de pivote central, con su centro literalmente suspendido en el vacío. Ante la ausencia de fricción, ya no hay contacto ni desgaste. Y, por tanto, no necesita ningún tipo de lubricación. Se trata de una evolución radical que mejora el principio tradicional de regulación de volante-espiral establecido en el siglo XVII, que siguen equipando los relojes mecánicos actuales. Por si esto fuera poco, late con una frecuencia extraordinaria de 12 Hz (tres veces mayor que la habitual) y cuenta con una reserva de marcha de 70 horas, lo cual supone un incremento del 30 %.

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