“En un reloj quiero belleza, excelencia, comodidad, elegancia… Los mismos valores que busco para mis clientes”

Habla como cocina, con pasión y conocimiento, pero su discurso, como ocurre en la relojería, bebe también de la tradición. Nadie mejor que él para definirse: “Soy el cúmulo de la casa en la que nací, la educación que recibí y mi amor por la cocina y por el comer”.  En esta entrevista, dividida en seis diferentes bloques, conocemos mejor sus inquietudes… y sus valores.

Innovación

> ¿Qué busca para para ser diferente y distinguirse en este territorio?

No sé si pretendemos ser diferentes. Yo creo que nos sale de dentro tener ciertas singularidades, porque como bebemos de un territorio con una cierta cultura a la que aportamos nuestra visión. Una visión inspirada en el territorio, en el legado de nuestros ancestros culinariamente hablando, y en el conocimiento que hemos adquirido. De muchas cosas, de las técnicas y de la evolución, que nos permiten trasladarlo a otro estadio. Yo creo que cada uno de ellos te hace cocinar o ver las cosas desde un prisma diferente. 

> ¿Cuánto tiempo hay que invertir?

Prácticamente uno vive en torno a su micromundo y es verdad que hay que dejar espacio para otros mundos. La familia es fundamental, compartes con ellos muchas cosas de las que estás haciendo que te ilusionan y apasionan. Una gran parte de mi tiempo está vinculada a lo que hago porque no soy capaz de separarlo de quien soy. No creo que sea algo malo, no es una obsesión… es compaginar quien eres con lo que haces. Para mí es algo natural.

un gran conversador  Eneko Atxa es un excelente representante de la evolución de la cocina española. Sin perder de vista el legado recibido de la tradición hace su propia aportación desde el conocimiento adquirido... y es un gran comunicador de ideas y valores.
UN GRAN CONVERSADOR Eneko Atxa es un excelente representante de la evolución de la cocina española. Sin perder de vista el legado recibido de la tradición hace su propia aportación desde el conocimiento adquirido… y es un gran comunicador de ideas y valores.

¿Y qué es lo que mejor define a Eneko Atxa en términos de innovación?

Hay una cosa que hago muy poco y es el ejercicio de mirarme en el espejo. Para mí es incómodo y me veo cantidad de imperfecciones. Lo que me gusta es escuchar a quien se sienta en nuestras mesas, a quien nos ve desde un punto de vista diferente. Esas miradas son las que hacen tener una idea de cómo te ven. 

> ¿Hay o se puede establecer un paralelismo con el trabajo que realiza Hublot en este campo?

Hay muchos puntos en común. Ambas disciplinas beben de la artesanía, de la tradición y, sin embargo, están sujetas a la precisión, la búsqueda de la excelencia, de la exactitud y el perfeccionamiento. La búsqueda incesante de la belleza.

“Cuando Hublot nos explica su filosofía, además de la tradición, la innovación y la excelencia, me ganan por su respeto hacia el Planeta”

> ¿La innovación es quizás el proceso más complejo y complicado de la creación? 

Y a la vez el más bonito. Los pasos son siempre los mismos. Primero uno lo imagina, después lo dibuja –yo siempre llevo un lapicero encima– y después lo ha de plasmar en una realidad mucho más tangible. Es algo maravilloso aunque a veces puede ser frustante, porque lo que habías imaginado en el dibujo ya no es lo mismo en el plato. Pero en otras ocasiones es maravilloso porque en esa transición encuentras nuevos caminos. 

Tradición

> ¿Qué lugar ocupa en el espíritu creativo de Eneko Atxa?

La tradición es algo innegociable. Puedo disfrutar de cualquier gastronomía del mundo pero solo sé hacer una, la mía. Y esa bebe de la tradición, de quién soy, de los sabores o de esa paleta gustativa que tengo casi tatuada en mi ADN, y que es el punto de partida de casi todo lo que podemos hacer aquí.

un mundo sostenible  Con un respeto y defensa del sector primario como uno de los argumentos principales. El jardín vegetal es un buen ejemplo; en él, enseñan a los clientes lo que ocurre antes de que se enciendan los fogones del restaurante.
UN MUNDO SOSTENIBLE Con un respeto y defensa del sector primario como uno de los argumentos principales. El jardín vegetal es un buen ejemplo; en él, enseñan a los clientes lo que ocurre antes de que se enciendan los fogones del restaurante.

> ¿Y cuáles son las fuentes de inspiración que recoge de la tradición?

Sobre todo las gustativas y las emocionales. Las primeras son recuerdos de sabores que han convivido conmigo y las segundas porque detrás de muchas de estas recetas tradicionales hay historias. No solo ha cambiado la gastronomía, también la forma de entender el hogar. Antiguamente, la cocina era el epicentro de la casa y donde nos reuníamos toda la familia. La comidad era el hilo conductor. El ser cocinero no es vocacional, lo que yo amaba desde niño era el comer. Lo que pretendo es poner en valor lo que hacemos y lo que han hecho con esos productos antes de que llegaran a nosotros y los transformaramos.

> ¿Está de acuerdo en que la tradición no desaparece, solo se transforma?

Sí, la tradición antes fue vanguardia. Y en algún momento aspiramos a que algo de lo que hacemos se convierta en tradición. No hay premio más grande que algo que has hecho trascienda y acabe siendo tradicional para la gente.

> Y del trabajo que realiza Eneko Atxa, ¿qué le gustaría que se convirtiera en tradición?

Más que un plato en sí mismo, una manera de hacer. Que la gente que ha pasado por Azurmendi se quede con nuestra forma de hacer y transformar ese producto.

al natural  Azurmendi es algo más que un restaurante, es el manifiesto culinario de un un chef, Eneko Atxa, que encontró en la cocina el espacio donde demostrar su creatividad y su pasión por la comida. Una pasión que traslada a su equipo y a los clientes.
AL NATURAL Azurmendi es algo más que un restaurante, es el manifiesto culinario de un un chef, Eneko Atxa, que encontró en la cocina el espacio donde demostrar su creatividad y su pasión por la comida. Una pasión que traslada a su equipo y a los clientes.

Sostenibilidad

> En este campo ha sido uno de los pioneros. ¿Cuándo fue consciente de que había que potenciar e impulsar un cambio en su forma de trabajar?

No ha sido algo de un día para otro. Hace diez-doce años nos enfocamos en ver los productos con los que estábamos trabajando, con el contenido. Pero nos habíamos olvidado por completo del continente. Lo primero, nos planteamos en 2010 un cambio de ubicación de Azurmendi al mismo tiempo que pensabamos en un espacio que transmitiera el mensaje de nuestros platos. Creamos un edificio lo más sostenible posible, pero no ha sido la única actuación. Ahí está el jardín vegetal en el que mostramos a los clientes lo que ocurre antes de que se enciendan los fogones del restaurante. Y es que hay mucha gente del sector primario que ha empezado a trabajar, y es lo que queremos enseñar. Creamos para ello un pequeño espacio que para nada es un huerto del que queremos nutrirnos, porque pensamos que eso es menos sostenible ya que dejaríamos de comprar a nuestros pequeños productores. Hemos creado también un banco de semillas con 400 variedades que estaban a punto de desaparecer. En definitiva, tratamos de compartir inquietudes con otros y hemos iniciado infinidad de proyectos, desde becas a tarjetas de visita sostenibles.

> En esto, gastronomía y relojería parece que han sido sectores pioneros… hay una conciencia sobre el respeto al planeta bastante instaurado. ¿Esto le une todavía más con Hublot?

Absolutamente, y a mi me da una ventaja. Nosotros somos un proyecto imperfecto en cuanto a sostenibilidad y lo único que necesitamos es aprender de otras disciplinas y qué otras acciones se están  llevando a cabo. Cuando Hublot nos explica su filosofía, una de las cosas que me ganan y que tenemos en común son la tradición, la innovación y la excelencia, pero también su respeto hacia el Planeta. Una mirada serena, sensata, pero sobre todo comprometida. Esto es algo que para nosotros es fundamental. 

> ¿Y qué más cosas tienen que cambiar en la gastronomía para acercarse a ese mundo sostenible ideal?

Es una pregunta que me hago todos los días. Queremos hacer muchas más cosas pero nos cuesta saber cuál es el camino a seguir. Transitamos por un recorrido previamente no andado y es complicado saber cuál es la dirección correcta. Lo que sí creo  es que nuestro modo de consumir tiene que ir cambiando. Basta con ver cuánta  comida desechamos. En este ámbito tengo la ilusión de un proyecto que trata de empoderar a las nuevas generaciones. Están más concienciados de lo que nos parece y solo hay que dotarles de herramientas para que puedan construir un mundo mejor. La educación es la mejor herramienta.

> ¿Activista o ideólogo, con qué papel se identifica más en términos sostenibles?

Ideólogo me queda muy grande, porque desconozco muchas cosas. Creo que hay que estar en las dos partes, tienes que intentar pensar en qué cosas puedes hacer para mejorar, y después lo tienes que hacer.

Creatividad

> La salsa de la vida… ¿qué haríamos sin ella?

El mundo, en todos sus ámbitos, necesita seguir evolucionando. Cuando hablamos de creatividad puede parecer algo excepcional, pero está en cada cosas que se crea, porque siempre se piensa que con lo que haces vas a aportar valor. 

> Cuando hablamos de cocina, ¿la creatividad es un don que solo alcanza a unos elegidos o se puede desarrollar con trabajo y esfuerzo?

La creatividad también se aprende. Dice un amigo mio que lo que hace falta es un 1% de inspiración y 99% de transpiración. Yo creo que hay que trabajar mucho y ser insistente y apasionado… y  escuchar, leer y aprender. No dejar de mirar cómo lo hiciste la primera vez. Siempre quiero hacerlo mejor y me alimenta la ilusión.

> ¿Ha tenido alguna vez la sensación de que su creatividad se agotaba? 

Claro que hay momentos en que te notas menos fino, en que parece que no te salen las cosas y otros en los que todo fluye con más facilidad. En todo caso, cuando pasa solo se traduce en más trabajo, pero es algo temporal. 

> Dígame un aspecto en el que su trabajo tiene un punto de encuentro con el que realiza Hublot en la relojería.

Hay un montón de similitudes: dependen de la tradición, de la artesanía, de sus equipos, de la innovación y en definitiva de buscar la excelencia absoluta para el cliente.

Transmitir

> ¿Cuál es el principal valor que transmite su cocina?

Me gusta mucho escuchar a los clientes porque cada uno aporta un punto de vista diferente. Y me gusta mucho cuando sienten que lo que han vivido aquí tiene que ver con una manera singular de representarlo.

> Cuando se habla de transmitir siempre parece que haya que llegar a todo el mundo ¿es algo complicado cuando lo que se busca es trasladar excelencia?

El verdadero éxito está en que lo que tu haces consigue llegar a mucha gente, de manera positiva. La excelencia puede estar ahí.

> Dígame qué es lo que usted ha recibido de la cocina y qué es lo que va a transmitir a las nuevas generaciones.

Que la gastronomía puede ser una herramienta maravillosa; hay pocas cosas como dar de comer. El conocimiento que adquieres te da el poder para satisfacer a la gente, para hacerle feliz. Hay una palabra en euskera muy bonita ‘ogiaren bidea’, significa “el camino del pan”, para referirse a este oficio, y es cuando encuentras tu camino en la gastronomía; es algo magnífico. Hay otro mensaje que me gusta traladar a la gente que se incorpora con nosotros y es la capacidad que se tiene para que el conocimiento aporte valor. Y no hay que olvidar que ya no solo se dedican a cocinar.

> ¿Qué es lo que le transmite la relojería de Hublot?

Tranquilidad. Yo soy bastante maniático; implicarme no me cuesta tanto, pero comprometerme sí. Y para esto debo compartir visión y misión. Con Hublot tengo eso, y no solo como marcas, también con las personas. Todo ha sido muy natural y satisfactorio. Me siento cómodo.

Precisión

> En la cocina, la utilización del tiempo es vital: ¿es maniático de la precisión?

Soy muy meticuloso y me gusta que las cosas sean muy precisas, que todo esté en su sitio.

> Aquí no hay duda: cocina y relojería se mueven por los mismos parámetros cuando se habla de precisión… pero qué más le pide a la relojería.

Quiero belleza, excelencia, comodidad, elegancia… Los valores que busco ofrecerles a mis clientes los quiero en un reloj.

> Pero la precisión no solo es el tiempo, también en qué proporción se utiliza cada componente, cada producto.  

Es muy complicado porque, además, cada día nos enfrentamos a clientes diferentes, con procedencias y culturas diferentes, y encontrar la proporción correcta  es complejo. Hay mucho trabajo logístico para lograr esa precisión.

> Y tiene algún truco o secreto para conseguir esa perfección/precisión que requiere la alta gastronomía.

La insistencia y la búsqueda incesante de algo que nunca encontraré, que es la perfección.

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